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Explican a estudiantes de Ingeniería cómo entender la diversidad de El Niño

Estudiantes de Ingeniería y Arquitectura de Campus Piura participaron en la conferencia “Entendiendo la diversidad de El Niño”, dirigida por la profesora Marina Farías.

La conferencia se desarrolló en el marco de las actividades por la Semana de Ingeniería y Arquitectura realizada en los campus de Piura y Lima. El objetivo de la conferencia fue brindar información clave para comprender la diversidad del Fenómeno El Niño, a través de un análisis de la evolución de las definiciones.

Marina Farías, especialista en Hidrología, explicó que los primeros datos científicos se registraron en 1891, en las publicaciones científicas de la Sociedad Geográfica de Lima. “Aquí se informaba de los comportamientos extraños que tenía el mar en los inicios del solsticio de verano (23 de diciembre), ante la presencia de aguas calientes en contraposición con la corriente fría de Humboldt. A este evento, los pescadores de Paita lo llamaron El Niño”, declaró.

La especialista dijo que en 1925 se registraron lluvias intensas en los departamentos de Tumbes, Piura, Lambayeque y La Libertad, pero los daños no fueron de gran magnitud como sí lo fueron en 1983, debido al tamaño de las ciudades de entonces.

En los años sesenta, se estableció que El Niño tenía una componente atmosférica llamada oscilación del sur, por la alteración de la presión atmosférica en el Pacífico Sur. Desde allí se le conoce como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS o ENSO, en inglés).

“En el ENSO de 1983 empezó a usarse a nivel nacional la denominación Fenómeno El Niño (FEN), debido al impacto que generó en el país, principalmente en la salud, infraestructura y economía”. Asimismo, Farías expresó que hasta 1983 se creía que el FEN tenía una frecuencia definida; sin embargo, al tratase de un evento climático se presenta por una recurrencia aleatoria y no una frecuencia definida. “Hasta ese año, se afirmaba que este fenómeno ocurría esporádicamente, cada 100 años, aproximadamente; sin embargo, se volvió a presentar en 1998”, destacó.

 

El 2012, científicos del Instituto Geofísico del Perú advirtieron que había otro tipo de anomalía climática que se manifestaba como El Niño en las costas peruanas, pero estaba disociado del ENSO en el Pacífico central y lo llamaron El Niño costero. El 2017, se presentó este evento con una fuerte magnitud, como sabemos. A partir de entonces, se denominó El Niño Global al ENSO, para diferenciarlo del costero.

La profesora Farías dijo que, en general, El Niño se caracteriza por varios meses de lluvias intensas, crecidas de los ríos y quebradas en la costa del país; sin embargo, cuando se presenta con gran intensidad se denomina Fenómeno El Niño o FEN.

Aclaró que, a nivel científico internacional, El Niño no se conoce con el calificativo de fenómeno. “La literatura usa el término phenomenon para referirse en general al evento El Niño Oscilación del Sur (ENSO o ENOS), más no a su intensidad. En algunos países latinoamericanos sí hablan de Fenómeno El Niño como fenómeno climático en general, sin referirse a su intensidad”

Costero y Global

Hoy en día, se sabe que en las costas peruanas se pueden presentar dos tipos de anomalías climáticas El Niño global (ENSO) y El Niño costero. Entre las diferencias, la especialista, informó que el primero es la anomalía atmosférica que presenta el mar en el Pacífico Ecuatorial Central. Estos eventos duran de 8 a 12 meses, con lluvias permanentes, que pueden llegar a ser intensas, como las de 1983 y 1998.

Por otro lado, se denomina El Niño Costero cuando las anomalías en el mar se presentan únicamente en las costas peruanas, sin que tengan relación con el calentamiento de las aguas del Pacífico Ecuatorial Central. Las lluvias son muy intensas y duran de 2 a 3 meses, como las del 2017 y 2023.

Finalmente, la especialista destacó que, actualmente han concluido las precipitaciones de El Niño Costero 2023, momento clave para realizar una evaluación de la vulnerabilidad que tiene la ciudad, salud, economía e integridad de la familia. Animó a los asistentes a tomar medidas de previsión para subsanar puntos vulnerables; y, a las autoridades, a concluir las obras de desarrollo de la ciudad, ante el pronóstico con una alta probabilidad de que en el verano de 2024 tengamos un evento ENSO.

Fuente : WEB UDEP