Laura Machuca Maza llegó a la UDEP en 1987. Ya sabía mucho de ella y del espíritu que la movía, pues sus hermanas habían estudiado y trabajado aquí (una aún lo hace). Inició sus labores en el área de Servicios Administrativos, en la Sección de Cobranzas en Contabilidad, en atención al público universitario y profesores.
En el 2008, asumió la dirección del Área de Circulación de la Biblioteca de la UDEP, rol que desempeñó con el entusiasmo que la caracteriza. En esta área hizo grandes amigos, razón por la que sus colegas le preguntaban cómo había logrado tener tantos amigos en las facultades. Ahora responde con énfasis: “siempre hay que saber llegar a nuestro público”, lecciones valiosas de la ‘asesoría empresarial y al cliente’ de Alma Machuca, su fiel hermana.
Los estudiantes la conocen por su amabilidad. Como buena amiga, siempre los orientaba entre las numerosas colecciones bibliográficas de la Biblioteca Central de la Universidad de Piura; además, compartía con ellos la alegría de encontrar una excelente fuente bibliográfica. “El ayudar a los alumnos, profesores y exalumnos ha sido una oportunidad de apoyarles indirectamente en el mejoramiento de su vida estudiantil o profesional. Es siempre satisfactorio ver en sus rostros el cambio cuando encontraban respuesta a su búsqueda”, dice Laura.
“Laura, o Laurita, como cariñosamente la llamamos en el campus, tuvo una larga trayectoria de servicio en la Universidad”, afirma María José Andrade, directora de la Biblioteca-Campus Piura.
Agrega que, cuando Laura llegó a la Biblioteca supieron que cumpliría una gran labor en la zona de circulación. “A su vocación de servicio añadiría su diario silencio laborioso y trato amable con los usuarios, alumnos y profesores. Ese silencio fecundo que nos repetía San Josemaría, fundador y Primer Gran Canciller de nuestra universidad”, indica María José.
Por otro lado, su amiga Patricia Rodríguez sostiene que Laura siempre ha vivido con coherencia y fiel al espíritu de la universidad. “Su prioridad ha sido el servicio a los alumnos y profesores, especialmente de las salas de lectura que orientaba: la de Derecho y Arquitectura. Nunca vi en ella asomo de ‘mala cara’, más bien, al contrario, había mucha calidez, buen trato, rapidez en el servicio”.
Persona noble y humilde
Sus amigos y compañeros de la universidad destacan sus virtudes, su carisma y su permanente vocación de servicio. La definen como una persona alegre, que con una cálida sonrisa acompaña fraternos diálogos de amistad.
“Laura es, sobre todo, una persona muy discreta y leal. Con ella se puede contar siempre, porque te escucha y lo que te dice o aconseja te da mucha tranquilidad. Pero, hay que tener presente sus horarios, pues ella es muy organizada, es multitareas”, dice su amiga María Elena Ramírez.
Asimismo, resalta el buen sentido del humor de Laura, quien siempre está sonriente. “Solo se pone seria y preocupada cuando le cuentas algún problema. Es una persona muy noble y humilde, real reflejo de su paz interior”.
Fuente: WEB UDEP